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Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo





(Sigmund Freud)

concuerdo totalmente con mi estimado

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¡Que lleno esta! Y que hambre tengo, son las 10:30 am, si hubiese sabido que estaría esta gran fila podría haberme comido la manzana que estaba en cima de la mesa, en fin tendré que aguantarme. Estoy tan aburrida, el maldito calor hace que mi cabeza sienta una molesta palpitación, este favor le saldrá caro a mi mamá, que cansancio y esta fila parece interminable, al frente mío esta un caballero, al parecer bastante abrumado me encanta el maletín que lleva, tiene cara de mafioso el señor, detrás hay una señora con un niño que no deja de preguntar cuanto falta mientras tira de la cartera de la madre, escucho solo murmullos ilegibles, doy media vuelta y observo por un rato al joven que esta apoyado en la pared.Habla muy fuerte por teléfono, camina de un lado a otro, por que mierda no hay aire acondicionado estoy muerta de calor, la mezcla entre hambre, sueño y calor es fatal para mi, comienzo a ver medio borroso ¿que me esta pasando? Empiezo a tocar mis ojos
De repente siento que algo cae al piso, miro el blanco piso para averiguar que cayó, no veo nada, levanto la vista. Siento mi cuerpo pesado, cierro los ojos.
Una inmensa relajación llega a mi, como un ligero soplo de tranquilidad me invadiera por un instante, siento que caigo y escucho un grito: la niña, la niña.
Y desperté, estaba todo muy oscuro me sentía tan perdida ¿a caso he muerto? Toco mi rostro y corroboro mi errónea hipótesis. puta era un sueño, voltee, tome un vaso de agua y volvi a dormir.

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«No tengas miedo», le susurro. «Somos como una sola persona». De pronto me abruma la realidad de mis palabras. Ese momento era tan perfecto, tan autentico. No dejaba lugar a la duda. Me rodea con los brazos, me estrecha contra el y hasta la ultima de mis terminaciones nerviosas cobra vida propia. Para siempre...